Hoy queremos hablar de una persona muy importante en el mundo de la arquitectura para quien la madera era un material básico e indispensable.
Estamos hablando de Alvar Aalto, uno de los diseñadores y arquitectos más influentes del s. XX. Éste nórdico siguió al igual que muchos artistas modernos de que el diseño era aplicable a todo elemento, objeto o edifico.
Era un arquitecto muy implicado con la corriente moderna de los años veinte y que tuvo contacto con los arquitectos más importantes de la época como Le Corbusier.
Alvar Aalto fue un pionero y se apartó de la línea de grandes como Le Corbusier y comenzó el camino marcado por la Bahuaus sobre el año 1935 y la empresa de muebles Artek creada a partir de su creciente prestigio en el mundo de la arquitectura. Gracias a esta línea, Aalto empezó a desarrollar su creatividad, creando obras de arte del diseño orgánico en el siglo XX, faceta que le implicó la fama no sólo en la arquitectura, sino también en el mundo del diseño.
La mayoría de los diseños de Aalto están realizados en madera debido a su implicación con la naturaleza ya que la madera, según Aalto, era el material más idóneo para trabajar. Para Aalto, el diseño interior debía estar en consonancia con el estilo de la casa o el elemento a decorar. Esto le daba una especial habilidad para decorar estancias de una manera clásica pero moderna y funcional. Además, otorgaba a sus espacios una apariencia de comodidad gracias al perfecto uso de las formas orgánicas, naturales y figuras geométricas.
Una de sus obras de arte del diseño orgánico en madera es la silla nº 41, finalmente denominada y conocida mundialmente como Silla Paimio debido a su gran fama posterior, una pieza de mobiliario diseñada para el proyecto del Centro sanitario de tuberculosis de Paimio. La silla sigue las líneas higienistas que la obra abordaba. Con esta obra de diseño Aalto comenzó a desarrollar las múltiples posibilidades de curvatura de la madera laminada, idea que le surgió al estudiar el modo de fabricación de los esquís y de la adaptabilidad de la madera. Con esta silla, Aalto hablaba de la fluidez, de la curva sin necesidad de cortes y uniones.
La simplicidad de esta silla y todo lo que implicó en el mundo del diseño, es asombroso. La silla Paimio está constituida por dos aros de madera laminada que forman un armazón y una lámina de madera curvada de abedul, que adaptada a la forma correcta general el asiento y el respaldo de una sola vez. Con un solo gesto, Aalto crea un elemento de comodidad y naturalidad pura. La curvatura de la forma responde a una búsqueda por lo natural, para que el enfermo al que la silla iba a dar servicio en el Centro sanitario de tuberculosis, se sintiera cómodo ya que dicha forma (tras un estudio detallado que realizó) facilitaba la respiración del enfermo. Es decir, es una pieza de descanso y sanación.
El diseño de carácter naturalista, orgánico y escultórico acompañará a Aalto a lo largo de su carrera profesional en la cual hará uso de la madera en muchos momentos tanto para la construcción casi integra de muchos edificios como para diferentes elementos de diseño.