La madera es un material natural proveniente de los árboles que nos ha acompañado a lo largo de los siglos por su gran utilidad. De hecho, gracias a ella nuestros antepasados pudieron descubrir el fuego, construir casas e incluso fabricar las ruedas de los primeros carros modernos, que se volvieron más rápidos y ligeros tras desbancar a la pesada piedra.
Existen muchísimos tipos de madera, todas ellas con unas cualidades que las hacen únicas, pero hay una en concreto que ostenta el título de ser la madera más cara y valiosa del mundo; se trata de la madera proveniente de la sequoia. Y es que su precio en el mercado ronda los 1.500 euros por metro cúbico.
La sequoia es un árbol único en su especie, de hoja perenne y que puede llegar a vivir entre 2.000 y 3.000 años. Es la conífera más alta que existe, pudiendo alcanzar los más de 100 metros de altura, -sin incluir las raíces, – y los 7,9 metros de diámetro en su base. Todo un monstruo floral. Aunque hoy en día es considerado como el ser vivo más alto del planeta, en el pasado fue superada por grandes abetos y eucaliptos que ya han desaparecido.
Su hábitat natural se encuentra en sistemas montañosos bastante húmedos y crecen en grupo para resguardarse de los vientos y las heladas. Son naturales del oeste de Estados Unidos, desde Oregón hasta California.
En cuanto a su reproducción y crecimiento, una sequoia puede llegar a su madurez a los veinte años de germinar la semilla. El problema está en el que, aunque producen una cantidad considerable de semillas, tan sólo el 15% son válidas. Es por eso que cuesta lograr que estos gigantes de la naturaleza crezcan en la tierra, ya que además falta que luego las semillas viables lleguen a formarse correctamente y no sufran ataques de agentes externos como animales u condiciones adversas del clima.
El gran llamativo de la sequoia como material para fabricar madera es su color rojizo, que le otorga una belleza inusual que hace las delicias de arquitectos y diseñadores. De momento, ya se han criado varios bosques de sequoias en Europa. En España podemos encontrarlos tanto en el norte como en el sur, en Granada y Cantabria. Otra dificultad añadida que hace que suba el precio de esta madera es su tala. Sus enormes tallos son muy difíciles de cortar, por lo que se necesita maquinaria especial. A eso hay que sumarle el transporte de los troncos.
Aun sabiendo el gran valor que puede llegar a tener su madera en el mercado, y los preciosos y resistentes muebles que se pueden hacer con ella, nosotros nos quedamos con lo que representa esta majestuosidad vista en directo. No hay nada más hermoso que poder pasear entre estos gigantes intentando abrazarlos, toda una experiencia inolvidable.