La madera es uno de los materiales más utilizados para el mobiliario de los hogares por su resistencia y su diseño. En el exterior, como terrazas o jardines, es realmente atractivo, pero es conveniente conocer de qué forma debe cuidarse la madera para que no se dañe en esta ubicación. Protegiéndola adecuadamente, tanto en muebles como en suelos en exterior, hará que no se deteriore con el tiempo y las inclemencias meteorológicas. Para ello, es conveniente utilizar productos idóneos para ella y de esta forma, nos aseguraremos de que se mantendrán en perfecto estado a la par que ahorraremos dinero.
¿Qué opciones existen para proteger la madera en exterior?
Maderas tropicales como el ipé o la teka, son preciadas para su uso en exterior debido a que son muy densas, aspecto que hace que sean duras y resistentes. Así, aguantan perfectamente las inclemencias del tiempo como puede ser el sol, la lluvia o el viento, pero para ello debemos cuidarlas. Para evitar que aparezca en ellas un aspecto apagado y reseco, es necesario realizar un mantenimiento en ellas. No te preocupes, puesto que la sencillez en ello está presente y el acabado compensa el tiempo invertido en ello. De esta forma, encontramos 4 formas de proteger la madera en exterior: barnices, aceites, lasures y pinturas.
La primera opción de todas, son los barnices para maderas. Se aplica una película exterior que la protege de golpes o arañazos. Asimismo, existen barnices indicados para maderas de exterior, con más elasticidad y filtro de rayos ultravioleta para evitar que pierda el color y se reseque.
Es bastante común observar muebles en los que el barniz se ha cuarteado por el sol y la lluvia, pero su se usa uno específico no tendremos problema en ello. Únicamente deberás aplicarlo con una brocha.
Otro de los tratamientos para las maderas tropicales, es el aceite de teca. Es recomendable aplicarlo cada 3 o 4 meses los primeros años e ir dilatando esta frecuencia según la madera adquiera más aceite. El aceite se introduce por los poros de la madera nutriéndola e impermeabilizándola para que sea más resistente. Para aplicarlo, se debe limpiar el polvo de la madera y aplicar el aceite con un paño empapado, una brocha o una esponja siguiendo la veta de la madera. Una vez se ha absorbido, se puede aplicar una segunda capa.
El tratamiento de los lasures también es útil
Por otra parte, hablaremos de los lasures, un tratamiento que surgió en la década de los años 60. Este tratamiento aporta un acabado a poro abierto, por lo que se introduce en la madera sin bloquear la porosidad ni crea capas. Asimismo, contiene filtros para los rayos solares, fungicidas y además, permite la transpiración de las maderas de exterior regulando su humedad.
Pueden existir lasures al disolvente o al agua, pero lo mejor es utilizar al agua para respetar el Medio Ambiente. Se aplica con rodillo o bien con brocha en superficies limpias sin barnizado previo.
Por último, es necesario hablar de las pinturas para maderas de exterior. Es útil como sellado contra el agua y como barrera para los rayos ultravioleta. La ventaja de la pintura, es que permite personalizar la madera con el color que prefiramos. Antes de proceder a su pintado, es necesario limpiar y secar la superficie, además de alisarla.
En maderas sin tratar, bastará con lijarla y pintarla. En maderas resinosas y con nudos, es mejor calentar el nudo para eliminar el exceso de resina y conseguir un acabado perfecto. Si la madera se encuentra pintada y se desea pintar sobre ella, es necesario retirar la pintura y lijarla para suavizar bordes antes de pintar.
Ahora que conoces cuáles son las opciones, es el momento de que seas tú quien decida cuál es la más idónea para tu pavimento o tus muebles. De esta forma, conseguirás que la madera se encuentre en perfecto estado y luzca como el primer día.