La vida de todos los seres humanos depende de la flora de nuestro planeta. Sobre todo de los árboles, principales aportadores de oxígeno y que además, nos ofrecen una de las materias primas más cotizadas; la madera. Gran parte de las masas forestales se extienden por Asia, América del Sur y África. Allí viven miles de especies diferentes que cada vez se ven más amenazadas por culpa de la tala ilegal.
La Interpol estima que, a nivel mundial, los delitos forestales suponen un coste que va desde los 30.000 a los 100.000 millones de dólares al año, es decir, entre el 10% y el 30% del comercio mundial de la madera.
Pero, aunque parezca difícil, podemos detener la tala ilegal. La Unión Europea es uno de los importadores más grandes del mundo; es una región en la que más de 500 millones de personas compran productos madereros todos los días. Es por eso que la UE lucha contra la tala ilegal a través de un plan que refuerzan cada año: el Plan de Acción sobre Aplicación de las Leyes, Gobernanza y Comercio Forestales (FLEGT en inglés). Esta iniciativa ofrece incentivos económicos a los países productores de madera que se unen a él, al facilitar de esta manera el acceso de madera legal y otros productos relacionados a todos los países de la UE. El plan también protege a los consumidores, con normas que garantizan que la madera que está disponible en los mercados de la UE es legítima.
El principal objetivo del Plan es que, un comprador que adquiera madera en cualquiera de los países miembros de la UE, pueda hacerlo con la seguridad de que es madera con un origen lícito. A través de dichos acuerdos, cada país establece una definición de »legal» según su legislación y sus medios para verificarlo. Aquí están involucrados el sector privado, la sociedad civil y las organizaciones indígenas en el proceso de redacción de los acuerdos.
El pasado mes de septiembre se dio un gran paso adelante; la UE e Indonesia acordaron emitir la primera licencia FLEGT de todo el mundo, para asegurar que la madera indonesia que se exporta a la UE se ha talado, tratado, transportado y negociado de manera legal. En la Organización de las Naciones Unidas también se está apoyando tanto a los gobiernos como al sector privado en aquellos países productores de madera para que mejoren su legislación sobre los bosques y a que las personas animen a cumplir las medidas sobre el uso, manejo y conservación de los bosques.