La madera ha sido utilizada como material de construcción desde tiempos inmemoriales, debido a las enormes ventajas que tiene respecto a otros materiales. Es cierto que hoy en día es raro que forme parte de la estructura de las viviendas, ya sean paredes, puertas o suelos, pero también lo es que en los últimos tiempos el uso de este elemento como material de construcción ha ido in crescendo. Una de las razones de este crecimiento es, sin duda, que la madera es un gran aislante térmico y sonoro.
El aislamiento de las casas construidas estrictamente con madera, de hecho, es mucho mejor que el de las viviendas construidas a base de ladrillo o cemento. Lógicamente, para que el ruido se aísle de forma eficiente, va a haber que tener una correcta distribución, con una conexión entre tabiques y una buena elección del tipo de madera.
¿Por qué la madera funciona tan bien como aislante acústico?
El sonido es una onda que surge de la vibración de un objeto, creándose una perturbación mecánica que hace que se propaguen las ondas. Cuanto más materiales absorbentes se coloquen en techos y paredes, habrá una menor reverberación y, por lo tanto, una menor propagación de sonido. Así pues, si se saben colocar bien los materiales en la estructura de un edificio, el sonido se distribuirá de la manera que se quiera.
Uno de los materiales que funcionan muy bien como aislante es la madera. Esto es debido a su rigidez y densidad, que permite unos menores niveles de vibración, como consecuencia de la absorción de diferentes frecuencias debido a que recibe menos ondas sonoras. Dentro de la madera, hay varios tipos con diferentes densidades, de forma que las que mayor masa tengan y, por tanto, mayor densidad, ofrecerán un mayor aislamiento acústico. Un buen ejemplo serían las maderas tropicales, que funcionan como aislantes de ruido de forma excepcional.